Aun tenemos muchas preguntas. Si bien es cierto, que en marzo todo cambió para nosotros como país, fue algo drástico en torno a la educación. En un sistema educativo donde los libros físicos son parte fundamental de la educación tradicional, en el cual se fundamentan las escuelas, pasar de golpe a la modalidad virtual fue una transición muy acelerada e inmadura.
Todos los sectores tienen preguntas que entendemos; ni las instituciones gubernamentales, ni el sistema país ha podido responder.
Lamentablemente, perdimos tiempo, debido a que, nuestras políticas a nivel país-prioridades posiblemente adsorbieron parte del tiempo preciado que debieron invertir nuestros gobernantes y opositores; en buscar soluciones conjuntas para ir delante del año escolar 2020-2021.
Ahora los padres están al grito. La docencia virtual más los compromisos laborales. Y continuamos haciéndonos las siguientes preguntas: ¿Puede una familia descuidar su fuente de ingreso por educar en casa? ¿Tienen todos los padres suficiente entrada económica para costear un tutor? ¿Y los niños? ¿Están disfrutando las largas horas de conexión? ¿Está aportando a su desarrollador cognitivo tanta exposición a audiovisuales? ¿Son equilibrados los programas escolares de acuerdo a la edad? ¿Estamos pensando como país en nuestros niños con necesidades diferentes?
¿La escuela? ¿Todas las escuelas tienen las herramientas y conocimientos tecnológicos? ¿La conexión a Internet será estable? ¿Las extrategias de la modalidad presencial son las mismas que las virtuales? ¿Los contenidos académicos están actualizados para aprovechar este conocimiento que nos aporta la pandemia como parte del aprendizaje?
¿Se ha establecido desde el ministerio de trabajo y los empresarios de este país, medidas para ayudar a los padres en su labor educativa?
¿Se ha considerado la importancia de los padres en el proceso educativo?
Los padres que prácticamente salen a la hora del toque de queda. Que entre tapones y situaciones viales duran dos horas en el camino a su casa, ¿podrán apoyar a nivel virtual?
¿Porqué hay establecimientos de contacto físicos que están abriendo y las escuelas no tienen flexibilidad alguna? ¿Estamos pensando en la clase media baja de pocos ingresos?
Para buscar soluciones efectivas no podemos medir a toda la población con la misma vara.
Necesitamos educación. Sin embargo, no solo deseamos el cumplimiento vago de un programa escolar lleno de presiones e inconformidades. Necesitamos pensar en la gente. En que las soluciones actuales no están ayudando a toda la comunidad.
Sabemos que nuestras autoridades hacen lo que pueden. Sin embargo, no es suficiente. No estamos previniendo la depresión infantil, la obesidad.
No estamos atendiendo las diferentes necesidades. No estamos pensando en los padres donde ambos laboran desde temprano.
¿Hasta qué punto, o cuál será el indicador que nos dirá como sistema educativo y país que estamos tomando las mejores decisiones?.
Estamos preocupados. Estamos contra el tiempo. Y sentimos que faltan muchas cosas por definir.
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